El alumnado de los ciclos de vitivinicultura de la escuela Belarmino Fernández Iglesias continúan su formación práctica desarrollando la poda de las vides de la Fundación.
Una parte de formación práctica de especial importancia para poder desarrollar el resto del trabajo vitivinícola. De la correcta poda depende la pervivencia del árbol, la consiguiente vendimia, y resto de trabajo en torno a la uva.
La poda
Este proceso, de realizar cortes en brazos y sarmientos, comienza en la Ribeira Sacra durante el mes de enero debido a la climatología y condiciones estas tierras. Un trabajo que se hace en la considerada parada vegetativa de la vid, que en función de las zonas oscila entre diciembre y febrero. En gran medidas este proceso está relacionado con la temporada de heladas, donde estás son más tardías se retrasa lo máximo posible la poda.
Se trata de un paso fundamental para garantizar que las prolongaciones no crezcan en exceso y por lo tanto las plantas se vayan fortaleciendo durante el proceso de formación. En los primeros años estas acciones dan forma a la viña y posteriormente permiten una cosecha más regular y constante.
Los estudiantes de los ciclos formativos de vitivinicultura siguen de este modo con el aprendizaje en este área, ya que este es solo un paso más y en el que distinguen la poda en función de la climatología, así como la clase de uva y por lo tanto del tipo de caldo resultante.