El Grupo Colmeiro celebra la apuesta de Portugal por la conexión ferroviaria de alta velocidad entre el país vecino y Galicia, que proporcionará un acercamiento más eficiente y propiciará un contexto de cooperación entre ambos países.
Luis Caramés, presidente de la Fundación Belarmino Fernández Iglesias y de este foro de opinión y debate, ha declarado recientemente que la determinación del gobierno portugués supondrá una gran oportunidad para Galicia y que «vendrán otros desafíos relacionados con la ordenación del territorio, con las estrategias de movilidad, pero se podrá contar con un activo que acercará más a dos pueblos que nunca debieron vivir de espaldas».
La creación de una red ferroviaria que aúne los intereses de ambos países es «un elemento esencial en la vertebración de Galicia y el norte de Portugal, y también en clave ibérica, entendiendo la península ibérica como un todo. Territorio de la conocida como Eurorregión, con más de 7 millones de habitantes, con relaciones económicas, comerciales y científicas que deberán intensificarse, así como el turismo, no solo de frontera».
Todo lo que nos une
Tal y como indicó el ministro de Infraestructuras portugués, el economista Pedro Nuno Santos, en una reciente entrevista: «para cualquier portugués del norte y para cualquier gallego es fácil de comprender: ¿con quién tenemos más relaciones económicas y de afinidad los portugueses? A cualquiera que le pregunte responderá rápidamente: con los gallegos y con Galicia». Por ello, no es de extrañar que la prioridad del gobierno luso es afianzar las relaciones entre el norte portugués y nuestra comunidad, siendo Galicia la elegida para prolongar la línea de alta velocidad, que a su vez unirá las dos principales ciudades portuguesas.
Desde el Grupo Colmeiro consideran que «Galicia debe alinearse de manera cooperadora con estas políticas del país vecino, puesto que en ello le va un acercamiento más eficiente con Portugal». Por su parte, Caramés añade que la comunidad gallega y su gobierno «harán bien en sintonizar con una política de transporte que pasa por encima de las ideologías».